Se derrumban los precios de la harina de pescado

El enfriamiento del Mar de Grau, con la presencia de aguas con salinidades más altas de lo normal cerca a la costa, ha influido para que las capturas de Anchoveta se incrementen en forma significativa.

Respecto a la temperatura, recientemente algunos científicos peruanos cuestionaban la validez de los valores de temperatura superficial del Mar observados en imágenes satelitales que utilizan el sistema Advanced Very High Resolution Radiometer- NOAA (AVHRR), debido a que las nubes varían los valores y salen valores más fríos de lo real; sin embargo, vemos ahora que también con el método Análisis de Hielo Marino Operacional, OSTIA, se observa el descenso de las temperaturas en la costa norte del Perú, observándose anomalías negativas superiores a -1° C. En resumen, las condiciones oceanográficas continúan favoreciendo la presencia de Anchoveta en las zonas muy próximas a la costa, lo que implica que continuarán las buenas capturas y tal vez, la cuota pesquera de 2,8 millones de TM se complete a mediados de julio, o quizás antes.

Ahora valdría preguntar. ¿Deberíamos alegrarnos por tener mayor producción de harina y aceite de pescado en menor tiempo, aunque involucre un escuálido precio?. El precio actual equivale a menos de la mitad del valor que se vendió en el 2014 (materia prima alcanzó su máximo precio histórico de 2.388,57$/TM); es decir, en la actualidad producimos más, pero Perú gana menos de la mitad por tonelada, porque el día de hoy, la tonelada de harina de pescado bordea los 1.068,95 dólares, un precio que no se tenía desde abril del 2009.

En ese escenario urge recapacitar y analizar si es conveniente que el gobierno asigne una cuota alta para destinarla principalmente a la producción de harina de pescado.

Sin ánimos negativos, pensamos que el Ministro de la Producción Bruno Guiffra, para la segunda temporada 2017, debe hilvanar bien los cálculos que resulten de los estudios científicos de Imarpe en la asignación de la cuota, ya que lo que menos los peruanos queremos es que el país, autodenominado el “primer productor mundial de harina de pescado” económicamente pierda y que los que se beneficien  sean únicamente los grandes compradores mundiales de harina de pescado, que al final utilizan ese producto en sus piscigranjas o concesiones para la acuicultura, o los polleros o los criadores de chanchos de todas partes del mundo, quedando muy poco para el Consumo Humano Directo en Perú.