CHIMBOTE – Crisis a la vista

Un informe preliminar del Instituto del Mar del Perú (IMARPE) ha encendido las alertas en el sector pesquero debido a que las fluctuaciones oceanográficas que se vienen registrando en las costas de nuestro litoral auguran un futuro próximo bastante patético y anormal para la actividad extractiva industrial.

En efecto, la presencia de las ondas kelvin en las costas de nuestro país generaron un serio desfase en las temperaturas del mar desde los primeros meses del año, por ello es que la primera temporada de pesca pronosticada para una extracción de dos millones y medio de toneladas de Anchoveta no consiguió alcanzar toda la cuota, generando serios estragos entre las empresas del sector.

Sin embargo, si bien es cierto la primera parte del año ha sido anormal y perniciosa para empresarios y pescadores, el futuro inmediato se torna aún más difícil y complicado en razón que los efectos de las corrientes de aguas calientes ha alejado el recurso y todo indicaría que sería difícil poner en marcha la segunda temporada de pesca que debería haberse iniciado en estos días.

Por ello es que la semana pasada, después de mucho tiempo, Chimbote ha vuelto a ver a los pescadores en las calles, una movilización de los diferentes gremios de la pesca ha llamado la atención en la medida que vienen demandando la declaratoria de emergencia de la actividad pesquera y la suspensión total de la actividad extractiva de Anchoveta, es decir, que se mantenga la veda tanto industrial como artesanal.

Paralelamente, los hombres de mar demandan al gobierno medidas que constituyan un paliativo para que ellos y sus familias puedan superar esta crisis que los dejará sin trabajo más de seis meses y de alguna manera deben hacer frente a las obligaciones que se genera en el hogar.

Entre estas medidas no solo se han dirigido a sus ahorros conservados en cuentas intangibles por su tiempo de servicios, para lo cual piden la liberación del 100%, así como programas de empleo temporal y distribución de bolsas de alimentos, entre otras alternativas que alivien la crítica situación que ya avizoran.

Pero no solo los pescadores están buscando la manera de ponerse a buen recaudo ante la crisis que se avecina, también las empresas pesqueras han decidido adelantarse a los hechos y están demandando a la autoridad de trabajo la suspensión efectiva de labores ante la inactividad que se viene manifestando.

Esto lo ha señalado el Director Regional de Trabajo en el curso de la última reunión del comité regional de seguridad ciudadana, precisando que por lo menos dos decenas de empresas pesqueras ya están demandado el cierre de sus plantas y el licenciamiento de sus trabajadores, un pedido que siendo legítimo y legalmente permitido, tiene que autorizarse solo después de haberse verificado que existen las condiciones que determinan las leyes para llegar a una medida extrema como esa.

Sin embargo, el Ministerio de la Producción ha anunciado la semana pasada que el próximo 19 y 20 de este mes se está lanzando una operación Eureka, como se denomina a una flota de embarcaciones pesqueras debidamente seleccionada y tripulada por científicos e investigadores del IMARPE cuyo objetivo es determinar el volumen de la Biomasa que existe en el litoral, así como las temperaturas del mar y la posibilidad que se sigan infiltrando corrientes de aguas calientes.

Este crucero de investigación será importante en la medida que dará luces de la real situación de la Biomasa y las probables fechas de un reinicio de actividades pesqueras si es que las condiciones así lo establecieran, o, de lo contrario confirmará los agoreros anuncios que han adelantado los gremios de pescadores que advierten que no habrá una segunda temporada de pesca en el año y serán miles de hombres de mar y trabajadores que quedarán desempleados por varios meses en nuestra ciudad.

De allí que no hay porque adelantarse a los hechos, es necesario conocer los informes que arroje esta nueva Eureka porque, tal parece que muchos ya lo han olvidado, no es la primera vez que la actividad pesquera se ve afectada por la presencia de esta clase de situaciones ligadas al fenómeno de El Niño, las crisis de la actividad pesquera tuvieron su punto más crítico en la época de los 90 cuando la pesca se alejó como consecuencia del mencionado fenómeno climático.

En aquella ocasión el gobierno de Alberto Fujimori fue conciente de la situación de crisis y padecimiento que le tocaba vivir a los pescadores e implementó programas de empleo temporal para ellos, así como se distribuyeron bolsas de alimentos entre los hombres de mar para hacer menos difícil la situación que afrontaban.

Si es que la crisis de la pesca llega a esos mismos extremos es posible que el gobierno implemente una línea asistencial en favor de los pescadores, ya lo hicieron antes de allí que es pertinente que lo hagan ahora, por lo que los hombres de mar no se deben sentirse desprotegidos, más aun ahora que se dice que el presidente de la república tiene más emoción social que los ex gobernantes.

Lo que sí se debe dejar zanjado es que si se declara la crisis de la pesca, si se verifica que el recurso ha sufrido una ostensible merma y existe la necesidad de cuidarlo para evitar su depredación, lo que se impone son vedas totales y absolutas, sin diferenciación alguna, menos aún bajo los absurdos argumentos que una pesca artesanal no generaría impacto en la biomasa.

La experiencia nos dice que en estos casos no se puede dejar abierta una sola ventana a la extracción porque ella suele disfrazarse para sacarle la vuelta a cualquier prohibición, de allí que el principio que debe regir las medidas de emergencia debe sostenerse bajo la premisa de una suspensión de actividades para todos o para nadie.

No se puede tapar el sol con un solo dedo, hay una crisis a la vista en el sector pesquero y si ello se confirma con los datos que recoja el eureka de los próximos días, entonces las autoridades deben asumir su responsabilidad y no abandonar a un sector tan vulnerable como los pescadores. Esperemos que en esta oportunidad los escuchen.

FUENTE: Diariodechimbote.com