Derrame de petróleo en mar de Ecuador pone en peligro a peces, ríos y a Colombia
El devastador derrame de crudo ocurrido el 13 de marzo en la provincia ecuatoriana de Esmeraldas, cerca de la frontera con Colombia, ha alcanzado dimensiones alarmantes. La rotura de una tubería del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) en el sector El Vergel ha provocado una rápida dispersión del petróleo por los ríos Viche y Esmeraldas, afectando gravemente a comunidades cercanas como Mirador y San Mateo, así como a zonas costeras como Camarones, Palestina y Bocana de Ostiones.
Las autoridades ecuatorianas están luchando por contener el desastre, con miles de barriles de crudo recolectados en piscinas de contención. Sin embargo, la situación sigue fuera de control, y las operaciones de limpieza podrían tomar meses debido a la magnitud del daño. “No tenemos datos precisos, pero se habla de que ya han retirado 200 tanqueros de combustible”, comentó Maykel Avellán, jefe de Riesgo de Quinindé. A pesar de los esfuerzos, las constantes lluvias están dificultando aún más la contención, y el impacto en la salud de la población local es inminente.
Los gases tóxicos generados por el crudo derramado están afectando seriamente a la población, con alrededor de 15.000 personas en Quinindé experimentando dificultades respiratorias. “El olor del petróleo no nos deja dormir”, relató una de las afectadas. El gobierno de Ecuador ha declarado la emergencia medioambiental, y las autoridades están trabajando en una intervención urgente para mitigar los efectos del desastre y restaurar la zona.
La grave amenaza de que los residuos lleguen a Colombia hace de este desastre una crisis transnacional, poniendo en peligro no solo el ecosistema local, sino también la seguridad ambiental de la región vecina.