Conserveras y plantas de harina ilegales proliferan en narices de ITP y Produce

Roban y adulteran códigos para ingresar a mercado interno y externo

La ilegalidad se ha institucionalizado en el Perú a tal punto que poco o nada se puede hacer para frenar esta situación en cualquier ámbito, y uno de estos es nada menos que el sector conservero, que ha sido invadido por inescrupulosos, advenedizos empresarios, que adulterando códigos de marcas de empresas conserveras que cuentan con licencias de exportación, han logrado ingresar al mercado externo exportando harina devueltas por mala calidad. Aparte de generar competencia desleal en el Consumo Humano Directo, CHD, perjudican a los verdaderos conserveros, que ya no saben que medidas tomar para terminar con este descarado robo.

Chimbote, es un puerto donde la conservería trata de mantener su posición, pese a que la coyuntura política manejada en el sector por parte del Ministro de la Producción  Piero Ghezzi, la convierte en caótica; sin embargo, aún siguen respirando algunos establecimientos industriales pesqueros de producción de conservas de Anchoveta.

De un tiempo a esta parte, la proliferación de  plantas conserveras y harineras ilegales, es una clara muestra de la violación de normas y la pasividad  de las autoridades ante los “lobys” de su nacimiento. Ejemplo palpable es la que está ubicada en la Av. La Marina Mz “H” Lt. 23 del PPJJ Dos de Mayo, donde una conservera, funciona en deplorables condiciones en el interior de un corralón antihigiénico y ruinoso? La planta harinera artesanal de residuos, se encuentra ubicada al frente de la antes mencionada y en las mismas condiciones. Ahora. ¿Quién o quienes le entregaron licencia, para que construyan en una zona que no es industrial, poniendo en riesgo la salud pública? Qué hacen la Municipalidad, el Ministerio del Medio Ambiente, de Salud,  y sobre todo el Produce, que no intervienen estas denigrantes instalaciones? ¿O es qué existe conflicto de intereses, que impiden su intervención? Silencio absoluto.

Una situación similar ocurre en la zona industrial del 27 de Octubre, al costado de la planta ecológica de TASA, donde funciona una planta conservera, cuya infraestructura calamitosa y a simple vista se observan equipos, entre carros y mesas, obsoletos y oxidados. Este local que simula ser un establecimiento de procesamiento de conservas de pescado, funciona las 24 horas del día, contaminando el medio ambiente ya que arroja humos negros, ello sucede sin que nadie fiscalice, menos verifique la calidad de su producto, y finalmente sancione.

Al final quienes pagan los platos rotos son las empresas formales, que tributan, son fiscalizadas por ITP, SANIPES, son multadas por Produce (al margen de la coima) son perseguidas por el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental, OEFA y encima son obligadas a estar dentro de un proyecto como el de APROFERROL. Con esta visión normativa,  pues entonces BIENVENIDA ILEGALIDAD, y si es parte de un entorno político que mejor garantía para seguir manteniéndose dentro de la inmundicia.

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