Arquitectos e ingenieros lo advirtieron: Denuncian contaminación en el mar de Chancay por operaciones del megapuerto chino
La batalla por la protección del medio ambiente en Chancay toma fuerza. El 28 de enero de 2024, los representantes del Frente de Defensa por la Dignidad y Libertad de Chancay (Freddlich) presentaron una denuncia formal contra la empresa Cosco Shipping Port Chancay – Perú, encargada de las operaciones del megapuerto, ante la Fiscalía Provincial de Prevención del Delito con Competencia en Materia Ambiental de Huaral. La acusación es clara: delitos contra el medio ambiente, derivados de la grave contaminación en la playa Chorrillos.
Vladimir Cantoral Arteaga, presidente de Freddlich, dejó en claro en una entrevista con el medio digital Infobae que la denuncia ante la Fiscalía no es el único paso. Además, presentó una demanda de amparo ante el Juzgado Constitucional de Lima y el Juzgado Civil de Chancay. La demanda incluye, además de Cosco Shipping, a otras entidades como el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, el Ministerio del Ambiente, y organismos responsables de la protección del medio ambiente.
¿Qué ha ocurrido realmente?
El abogado Ricardo Torres Aguilar, representante del Frente de Defensa de Chancay, explicó que la denuncia se centra en el impacto ambiental producido por la instalación de geotubos (mayo del 2022) en las áreas marinas, específicamente en la playa Chorrillos. Tras esta intervención, se modificó de manera significativa la morfología y la estructura de la zona marina costera, una alteración que, según los denunciantes, constituye una violación de las normativas ambientales.
Además, se reveló que, con la construcción del Megapuerto de Chancay, a cargo de Cosco Shipping Port, se implementó un espigón principal de 2.7 km y un espigón auxiliar de 250 metros. Estos cambios fueron también cuestionados en la demanda de amparo, ya que la modificación al Estudio de Impacto Ambiental (MEIA 2020) podría acarrear impactos negativos y severos en las playas ubicadas al norte del megapuerto, como la playa puerto de Chancay y la playa Chorrillos.
El 11 de abril de 2024, durante el Simposio “Visión y Futuro del Norte Chico”, organizado en Chancay por el Colegio de Arquitectos y el Colegio de Ingenieros de Lima, se formó una Mesa de Trabajo para el Megapuerto de Chancay. En ella, los expertos señalaron tanto las oportunidades que ofrece el proyecto, como las amenazas que genera para el medio ambiente. Aunque el megapuerto puede posicionar a Perú como un corredor clave en el comercio mundial, los profesionales coincidieron en que la gestión debe contar con equipos técnicos especializados para evitar consecuencias graves.
Dentro de sus advertencias, subrayaron que la expansión de la infraestructura podría comprometer la calidad del aire, el agua y los suelos, con pérdidas irreparables para los ecosistemas vulnerables. Además, hicieron un llamado urgente para no afectar el ecosistema marino costero, cuya riqueza y biodiversidad son esenciales para el equilibrio ambiental.
Sin embargo, el Estado peruano, representado por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), el Ministerio del Ambiente (Minam), el Servicio Nacional de Certificación Ambiental (Senace), el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), y la Municipalidad Distrital de Chancay, ha hecho caso omiso a las advertencias y denuncias de los expertos y la comunidad. A pesar de las alarmas encendidas, ha sido la ciudadanía quien ha tenido que alzar la voz, evidenciando el aumento de la contaminación ambiental debido a la instalación de los geotubos en la playa Chorrillos.
Según las denuncias, la falta de reposición del bypass de sedimentos, que originalmente se había prometido, y su reemplazo por los geotubos, constituye una actuación negligente e ilegal por parte de la empresa Cosco Shipping. En lugar de reponer los sedimentos en las playas del norte, que fueron gravemente afectadas por la erosión producto de la construcción del megapuerto, se utilizó un material altamente controversial: llantas (neumáticos usados) como soporte en la base de los geotubos, lo cual no estaba contemplado en el Estudio de Impacto Ambiental (MEIA).
Lo más alarmante es que, debido a fenómenos oceanográficos como los oleajes anómalos, los geotubos (estructuras artificiales), que consisten en sacos de arena, se han dispersado por toda la playa Chorrillos, intensificando la contaminación. Esta dispersión no solo afecta la fauna marina, sino que también pone en peligro las actividades turísticas en la zona y a la comunidad bentónica, un golpe directo a la economía local.
Lo que ocurre en Chancay no es solo una batalla local, es una alerta global sobre el impacto de proyectos de infraestructura sin una adecuada planificación y sin la debida consideración al medio ambiente. La situación en la playa Chorrillos es solo el reflejo de una problemática más amplia: la falta de control sobre el impacto ambiental de los megaproyectos que buscan impulsar el crecimiento económico, pero a costa de la salud de nuestros océanos y la biodiversidad que albergan.
El tiempo de actuar es ahora.