Cómo el cambio climático transformará los océanos, la navegación y el equilibrio geopolítico

La mayoría de estudios sobre cambio climático se concentran en el aumento de temperaturas globales por emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, un aspecto menos visible, pero cada vez más relevante, es cómo estos cambios están afectando al oleaje de los océanos, con consecuencias económicas y geopolíticas.

Investigadores de la Universidad del País Vasco han analizado cómo el sistema atmósfera-océano responde al calentamiento global. El estudio revela que los efectos sobre el viento y el oleaje serán desiguales según la región oceánica, con implicancias directas en la navegación marítima, la seguridad y la energía.

Ártico: menos hielo, más olas

El deshielo en el Ártico ha sido visto como una posible ventaja logística: un informe de la OCDE estima que podría reducir en hasta 40 % el tiempo de tránsito marítimo entre Asia y Europa. Sin embargo, las proyecciones muestran que el viento y el oleaje aumentarán drásticamente hacia finales de siglo, dificultando la navegación, incluso sin hielo.

Conclusión: la vía polar no será una alternativa viable. El tráfico global entre Asia y Europa seguirá dependiendo del canal de Suez y el mar Mediterráneo.

Mediterráneo: energías renovables y seguridad en riesgo

En contraste con el Ártico, el Mediterráneo experimentará una reducción significativa del viento y del oleaje, con una caída estimada del 2 % por década hasta 2100. Esta transformación plantea desafíos tecnológicos para la energía marina.

La planta undimotriz de Jaffa (Israel), por ejemplo, podría ver reducido su rendimiento, al igual que los futuros parques eólicos marinos que dependen de vientos sostenidos. Pero también se espera un impacto positivo en la navegación comercial, al reducirse el oleaje.

Sin embargo, esta mayor fluidez podría facilitar actividades ilegales como el tráfico de drogas, armas y personas. Por ello, la estabilidad política de los países ribereños será clave para mantener el Mediterráneo como una ruta segura para el comercio y la energía.

¿Rutas alternativas? Más complejas de lo que parecen

El descenso del oleaje en el hemisferio norte contrasta con los aumentos esperados en el sur, especialmente en el Índico y el Atlántico Sur. Esto complica la alternativa de bordear África como ruta segura y eficiente.

Así, se fortalece la importancia estratégica de tres pasos clave: el canal de Suez, el estrecho de Bab-el-Mandeb y el estrecho de Ormuz. Pese a los conflictos recientes en el Golfo Pérsico, estos corredores se han mantenido operativos gracias a acuerdos tácitos entre potencias internacionales, que reconocen su valor compartido.

 

Canal de Panamá: el gran beneficiado

Las proyecciones también indican una disminución del oleaje en el Pacífico Norte y el Atlántico, lo que favorecerá el transporte marítimo por estas regiones. Esto revaloriza al canal de Panamá, que gana protagonismo como eslabón clave en las cadenas logísticas globales.

Estados Unidos ya ha comenzado a mover fichas para reforzar su influencia en la zona, anticipando el aumento sostenido del tráfico comercial en las próximas décadas.

 

Un mar de decisiones

La evolución del oleaje no solo transformará la navegación y la logística global, sino también la geopolítica marítima. Las rutas actuales seguirán siendo estratégicas, pero su estabilidad dependerá cada vez más de la cooperación internacional, la vigilancia y la inversión tecnológica.

En un contexto climático incierto, los océanos también están redefiniendo el equilibrio global.

 

Sin etiquetas

Publicaciones Relacionadas

Dejar Comentarios

BOLETÍN DE NOTICIAS

Suscríbete a nuestro boletín electrónico para obtener consejos útiles

[mc4wp_form id="887"]
octubre 2025
L M X J V S D
 12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031