China aprovecha el CO₂ para producir energía sin emisiones adicionales

Los usos del dióxido de carbono han sido, desde hace décadas, un campo de estudio clave para reducir el impacto ambiental asociado al aumento de este gas en la atmósfera. En este contexto, China se ha convertido en pionera al desarrollar una tecnología que “recicla” el CO₂ emitido por diversas industrias, condensándolo hasta niveles críticos para convertirlo en un gas capaz de mover turbinas con una eficiencia hasta un 50% mayor que la del vapor, generando así energía de forma más limpia.

Según información del South China Morning Post, en el país asiático ya se han diseñado turbinas capaces de producir grandes cantidades de electricidad utilizando dióxido de carbono como fluido de trabajo. Este proceso prolonga la vida útil del CO₂ y evita la liberación de nuevas emisiones, ya que, aunque se trata de un gas contaminante, su uso dentro del sistema no añade más gases nocivos a los ya existentes.

Esta tecnología es especialmente valiosa para economías que aún dependen en gran medida del carbón, el gas y el petróleo, pues permite aprovechar sus propias emisiones para generar energía con alta eficiencia. Además, al ser más eficiente que el vapor, las turbinas que usan CO₂ pueden fabricarse en tamaños más compactos y adaptables a distintos entornos.

El reto global del cambio climático

El mundo dispone de cada vez menos tiempo para frenar la creciente crisis climática, evidenciada por temperaturas extremas, inundaciones más frecuentes y tormentas cada vez más destructivas. Los mayores emisores globales, como China, Estados Unidos e India, tienen una responsabilidad central en este desafío. De hecho, Estados Unidos también avanza en el desarrollo de tecnologías que reutilizan el dióxido de carbono, lo que podría favorecer su transición hacia una matriz energética más limpia, similar a la de varios países europeos, entre ellos España.