Altamar sin ley: China depreda el calamar, la OROP-PS no actúa y el ecosistema colapsa
Alfonso Miranda, presidente del Comité para el Manejo Sustentable del Calamar Gigante del Pacífico Sur (CALAMASUR), respaldó la grave denuncia presentada por la Environmental Justice Foundation (EJF), que advierte que cientos de embarcaciones chinas de pesca de altura están saqueando las poblaciones de calamar argentino (Illex) en el Atlántico Suroccidental.
Según el informe de EJF, entre 2019 y 2024, las horas de pesca de estas embarcaciones chinas aumentaron un 85 %, a pesar de que las capturas registraron una alarmante disminución. Esto evidencia una sobreexplotación fuera de control en aguas internacionales, justo más allá de la zona económica exclusiva de Argentina.
La investigación también alerta que, en 2023, esta pesquería representó el 12,2 % de la captura mundial de calamar, y que la presión pesquera en la zona no regulada en alta mar es más de cuatro veces mayor que la que se ejerce dentro de las aguas argentinas reguladas.
Miranda manifestó además su profunda preocupación por la situación en el Pacífico Sur, donde, a pesar de la existencia de una organización regional de ordenación pesquera, sin mencionar a la OROP-PS o SPRFMO, se ha avanzado muy poco en la adopción de evaluaciones científicas de stock que permitan establecer niveles sostenibles de explotación para las embarcaciones industriales asiáticas que operan en altamar.
Estos puntos adquieren aún mayor relevancia si se considera que países como Argentina, China, Chile y Perú han ratificado su adhesión al Tratado de Altamar, el cual, al menos en teoría, busca garantizar la conservación y el uso sostenible de los recursos marinos más allá de las jurisdicciones nacionales.
Como es lógico, la preocupación de CALAMASUR, sumada a la denuncia de EJF sobre la depredación del calamar en altamar por parte de la flota pesquera china, plantea serios cuestionamientos sobre el rol y la efectividad de la OROP-PS. Esta organización está obligada a garantizar la conservación a largo plazo y el uso sostenible de los recursos pesqueros en el área de su competencia, mediante un enfoque precautorio y ecosistémico en la gestión pesquera. Por ello, se exige una respuesta clara y urgente por parte del Comité Científico de la OROP-PS, que no debe excluir la evaluación del stock del calamar gigante o pota. Este no es solo un tema prioritario para 2025, sino un asunto estratégico para el futuro de la sostenibilidad pesquera en la región.
Otro punto que merece destacarse es el planteamiento de la ONG Oceana Chile sobre la creación de tres áreas marinas protegidas que estarían bajo la jurisdicción de la OROP-PS. Esto genera una legítima interrogante: ¿por qué se impulsa un mayor control en ciertas áreas mientras en otras se tolera la falta absoluta de orden y regulación? ¿Se trata acaso de una decisión política encubierta que, por omisión o conveniencia, deja vía libre al agotamiento de una especie tan importante como el calamar argentino? Una especie que no solo sustenta a delfines, lobos marinos, ballenas, aves marinas y peces de alto valor comercial como la merluza y el atún, sino que además genera cientos de millones de dólares en ingresos para Argentina. Saque usted su conclusión.
Fotografía: Environmental Justice Foundation (EJF)