Se Varó: APROFERROL y sus mentiras

Los últimos oleajes que se registraron en Chimbote y que previamente habían sido advertidos por la Dirección Nacional de Hidrografía y Navegación de la Marina de Guerra del Perú, fueron desencadenantes para que la punta del iceberg de un Mar de mentiras anclados al emisario submarino APROFERROL termine flotando; cual frágil barcaza que ni los humildes botes y chalanas de los pescadores artesanales terminaron varados como sí sucedió con los “pesados” lastres de concreto unidos con anclajes sellados con la dizque más innovadora tecnología marina y presuntamente supervisada por la empresa CESEL, según informó hace algunos meses el desaforado Gerente del proyecto Vicente Rossel Berendson, hoy investigado por la cuarta fiscalía por una supuesta falsificación de firmas entre otros presuntos delitos que enmarañan el costoso, además de anti técnico proyecto y de cuestionable legalidad, según las últimas denuncias presentada por uno sus socios, Pesquera JADA.

En forma literal pueblos jóvenes como La Florida Alta y Miramar en Chimbote se convirtieron en cementerios de concreto, luego que la inclemencia del tiempo no tan hostil como en otros años; terminó varando los lastres o cajones de concreto que se supone fueron perfectamente encajonados (los lastres y tornillos o muertos) al tubo de polietileno y sujetos por una especie de pernos que desde el año pasado a poco menos de su instalación se liberaron del tubo.

Recordemos que la empresa que tuvo a su cargo, el lanzamiento de los más de 20 mil metros de tubería al Mar fue la empresa Peritaje y Operaciones de Buceo E.I.R.L. PyB, cuyo Gerente Pedro Vergel aseguró que toda la obra de ingeniería era certificada y supervisada por CESEL, aunque en documento que cruzó un empresario que renunció al proyecto, la última desmintió la versión de los señores de APROFERROL, y, de los primeros mencionados líneas arriba. Al parecer el proyecto no fue supervisado ni certificado.

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