“A Comer Pescado” y Qali Warma navegan en un Mar de irregularidades

El Presidente Pedro Pablo Kucsynski durante su campaña electoral, se comprometió en lidiar fuertemente contra la pobreza y desnutrición, impulsando programas sociales, especialmente del consumo de pescado, ya que es un recurso de primera mano con altos valores nutricionales. Así se comprueba con el programa “A comer Pescado” promovido por el Ministerio de la Producción, Produce, cuya finalidad era precisamente crear el hábito del consumo de estas especies marinas.

Para afianzar más este objetivo y a la creación del Ministerio de Inclusión Social, MIDIS, nace el programa Qali Warma, mismo que en sus inicios abastecía en 100%, a niños en edad estudiantil con conservas de pescado, proveídas por más de veinte empresas conserveras nacionales. A la fecha, se apuesta por enlatados de pollo, importados por transnacionales de Chile y EE.UU.

Pero quién fue el único responsable, que se distorsione el objetivo de impulsar el hábito del consumo de pescado? Pues nada menos que José Enrique Castillo Sánchez, un funcionario nacido en el MIDIS, impuesto por la mano del nacionalismo, cartera de la que salió en el 2013, para ir a parar como asesor del despacho Viceministerial en la época de Paul Phumpiu, saliendo de ahí, para empalmar en abril del 2014, como Coordinador Ejecutivo del Programa Nacional “A Comer Pescado” del despacho Viceministerial de Pesquería, (hoy Pesca y Acuicultura).

Durante su gestión en el programa más importante de Produce como lo es “A comer Pescado” Castillo Sánchez fue cuestionado por ser partícipe de una serie de irregularidades, del que supo salir bien librado gracias al mutismo de quienes tenían que investigarlo; ejemplo claro, la compra de un carrito sanguchero valorizado en más S/ 10,000, que hoy se encuentra oxidándose a la intemperie; el alquiler de camiones frigoríficos para las caravanas pesqueras, que diariamente se pagaba la exorbitante suma de S/ 4, 500, cuando el costo real era de S/ 8, 500; el pago por fletes de S/ 4, 000, para trasladar el pescado desde Lima a otras regiones, cancelando un promedio de S/ 500,000 por cuenta servicios. A esto se suma los concursos gastronómicos, donde se elegían a dedo a los ganadores y por cuyas organizaciones se gastaban de S/ 15,000 a 20,000, incluyendo el pago de buses, para transportar a gente de los pueblos jóvenes e invasiones y sustentar convocatoria. Compra de galletas, agua mineral, contratos y adquisiciones por los que se pagaron elevadas sumas de dinero del Estado, que es de los peruanos, sin que se rinda cuentas de los gastos realizados.

Si este collar de perlas los ha sorprendido, lo que mencionaremos causará indignación. El plan “PescaEduca” diseñado exclusivamente dentro del programa “A comer Pescado”, por Produce hace dos años y presupuestado, para educar a los estudiantes sobre las bondades y beneficios que origina el consumo de pescado, pero bajo convenios con el Ministerio de Educación, para facilitar más la capacitación; no ha tenido el efecto multiplicador esperado, al contrario, se gastó dinero en capacitaciones, talleres y seminarios en diversas UGEL de Lima, para que el Qali Warma, termine a través de sus programas sociales impulsadas por el Estado, promoviendo el consumo de conservas de pollo. Una vergüenza nacional.

Tanto dinero hay para tirar. Por un lado inviertes para impulsar el consumo de pescado y por otro, adquieres productos importados, que dista mucho del objetivo principal, porque nadie es tonto de creer que el consumo de pollo aplaque la desnutrición. Lo sospechoso de este caso, es que Castillo Sánchez, renunció al programa “A Comer Pescado” para retornar al MIDIS como Director General de Políticas y Estrategias, ministerio que precisamente es el promotor de la adquisición de los productos importados de EEUU, Chile, Ecuador, China y Tailandia. Exigimos una explicación.