PERU PESQUERO con agallas para denunciar…
Era cuestión de tiempo nada más que los pobladores de los balnearios afectados por la erosión costera protestaran por lo que viene ocurriendo. Así, residentes de Huanchaco han exigido que se desmonte el molón colocado en Salaverry para disminuir la situación de desarenamiento de sus playas.
Los pobladores de Huanchaco han tomado conciencia, así, de lo que viene ocurriendo. Creen que esa es la solución a adoptar. También lo creemos nosotros, que en numerosas oportunidades nos hemos pronunciado al respecto.
Pero hagamos un poco de historia y analicemos las causas de que se haya colocado allí ese molón retenedor. Cuando se comprobó, allá por la década del 40, que el Puerto de Salaverry se arenaba constantemente, se optó por aplicar esa solución.
No fue la mejor idea, pero sí la más expeditiva frente a lo que estaba ocurriendo en ese momento. Se esperaba que, con el transcurrir del tiempo, se buscara una salida alternativa. El molón no podía permanecer allí por los siglos de los siglos.
Sin embargo, las sucesivas administraciones gubernamentales cometieron gruesos errores y terminaron por mantener un statu quo que no ha sido beneficioso para nadie. Ni para los propios operadores del puerto, ni para los residentes de la franja costera, como tampoco para sus municipios que deben invertir en costosas obras a fin de evitar que la naturaleza no siga golpeando las costas, desapareciendo las playas y destruyendo la infraestructura y los bienes públicos y privados.
El problema radica en la ubicación antitécnica del Puerto de Salaverry, levantado en ese punto sólo por conveniencia de los barones del azúcar que, a inicios del siglo pasado necesitaban de una salida rápida y barata para sus exportaciones. Lo que tendría que haber sucedido es que el Estado buscara reubicar ese puerto en otro punto del litoral liberteño, donde el fenómeno del arenamiento fuera manejable y no se desbordara como ha ocurrido décadas después.
¿Qué hacer frente al problema ahora? Alentar la construcción de un puerto que responda a las expectativas e intereses de los exportadores, que tenga un gran calado para permitir que acoderen embarcaciones grandes y que abarate los costos para que no se recurra a Paita, Chimbote o Lima como salida de nuestros productos de exportación.
En caso de que el próximo gobierno reactive el proyecto minero Conga, paralizado en Cajamarca por intereses políticos, habrá una gran inyección de capital privado que modernizará el puerto. Pero no podemos esperar a que esto ocurra. Hay que tomar el toro por las astas y adelantarse a los imprevistos, para superar un escenario que tampoco pinta favorable.
Consideramos que, después de la tercera etapa de Chavimochic, ya en marcha; y de la construcción de la carretera cuyo trazado corre por la parte central del país, hay que invertir en la infraestructura portuaria. No es ajeno a la lógica hacer este pedido. Están las instituciones adecuadas para realizar los estudios. Y existe también una creciente actividad económica regional que sin duda acompañará las iniciativas que se desarrollen y evolucionen al respecto.
De ese modo se contará con una alternativa frente a Salaverry, y se favorecerá además la actividad turística de la que dependen muchos trujillanos que residen y trabajan en Huanchaco, Las Delicias y Buenos Aires, entre otros puntos del litoral local.
FUENTE: Laindustria.com
