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Las Ostras son más vulnerables en aguas superficiales con poco oxígeno

Las Ostras son más vulnerables en aguas superficiales con poco oxígeno

Las Ostras que viven en aguas poco profundas de todo el mundo donde la contaminación por nutrientes es alta, son mucho más propensas a ser afectadas por la letal enfermedad Dermo, descubrió un grupo de científicos del Centro Smithsoniano de Investigación Ambiental (SERC).

La pérdida de oxígeno en las aguas poco profundas es un fenómeno global, pero no es tan conocido como las zonas muertas de las profundidades. A diferencia de las zonas muertas de aguas profundas, que pueden persistir durante meses, la concentración de oxígeno en las aguas poco profundas oscila en ciclos noche-día (diel-cycling hipoxia). Cuando las algas realizan la fotosíntesis durante el día, liberan oxígeno en el agua. Pero por la noche, cuando la fotosíntesis se detiene, las plantas y los animales continúan respirando y toman el oxígeno del agua, haciendo que el baje la concentración de oxígeno disuelto. La falta de oxígeno puede paralizar la capacidad de las ostras para luchar contra el parásito Perkinsus marinus, que causa la enfermedad Dermo y poco a poco se apodera de sus cuerpos.

“Solemos pensar en los hábitats de aguas poco profundas como refugios de alta productividad frente a las zonas muertas de aguas profundas”, señala Denise Breitburg, Ecóloga marina del SERC y autora principal del estudio.

“Pero si baja el nivel de oxígeno, estas aguas poco profundas resultan inhóspitas para los peces y mariscos, y todo el sistema puede sufrir.”

En un experimento de campo, Breitburg y sus colegas suspendieron cientos de ostras (Crassostrea virginica) en jaulas bajo el agua en 14 sitios alrededor de la Bahía de Chesapeake. Algunas ostras de sólo un año de edad que no mostraban signos de haber sido infectadas fueron utilizadas para probar la vulnerabilidad de nuevas poblaciones, en especial cuando se trataba de programas de restauración de ostras. Otros moluscos mayores, que ya habían sido infectados, fueron usados para probar si la disminución del nivel de oxígeno hacía que la enfermedad fuera más grave. Después de cuatro meses, se tomaron muestras al azar de ostras de cada jaula para evaluar las infecciones Dermo en cada sitio.

En los diferentes lugares, la prevalencia de la infección varió de al menos la mitad de hasta el 100 %. Las ostras de zonas con bajos niveles de oxígeno más severos fueron mucho más propensas a contraer la enfermedad.

La enfermedad también avanzó a niveles más intensos en las ostras colocadas en sitios que a la vez tenían poco oxígeno y una salinidad igual o superior a 12 partes por mil. En estas aguas de mayor salinidad es donde la enfermedad Dermo provoca una gran mortalidad en las poblaciones silvestres de ostras.

Los investigadores realizaron después un experimento de laboratorio más controlado, para definir el papel exacto de las bajas concentraciones de oxígeno. En un laboratorio llamado informalmente “Sala de DOOM” (Dissolved Oxygen Oyster Mortality), las ostras fueron expuestas a ciclos de bajo oxígeno similares a los de la bahía. Algunos tenían niveles constantes de concentraciones normales de oxígeno disuelto (aproximadamente 7 miligramos de oxígeno disuelto/litro), algunos bajaron a 1,5 mg/l durante unas horas cada día y otros cayeron a 0,5 mg/l.

Las Ostras jóvenes no infectadas fueron las más vulnerables en el laboratorio. Las que se expusieron a bajos niveles de oxígeno tuvieron casi tres veces más probabilidades de infectarse con el parásito en el primer año del experimento, respecto de que sus contrapartes con un nivel alto de oxígeno, consistentemente saludable. A diferencia de lo observado en los experimentos en campo, un bajo nivel de oxígeno no parecía afectar la intensidad de la enfermedad.

Breitburg sospecha que esto significa que hay algún otro factor que desempeña un papel en el campo. En la Bahía y otros estuarios, la acidez, la temperatura, la salinidad y la comida también varían de un lugar a otro.

Pero en cuanto a la capacidad de las ostras para limpiar y filtrar el agua, los investigadores descubrieron algo sorprendente. Los poderes de filtración de las ostras decayeron durante los períodos de bajo nivel de oxígeno, pero durante los períodos de recuperación, su capacidad se recuperó y a veces llegó a niveles incluso más altos que los de las ostras que nunca habían experimentado bajos niveles de oxígeno.

“Nuestros resultados sugieren que tendremos que pensar en los efectos incluso en períodos cortos de exposición a bajos niveles de oxígeno al elegir los sitios para la restauración de las ostras”, explica Breitburg.

“Pero, a pesar de los problemas que hemos encontrado, estas aguas poco profundas pueden ser candidatos de alta prioridad. Si la restauración se realiza en escalas suficientemente grandes en sitios de aguas poco profundas, donde las ostras pueden acceder y filtrar toda la columna de agua, las ostras en sí mismas pueden ser capaces de transformar hábitats con una calidad del agua que es perjudicial para las ostras en hábitats en los que las ostras prosperan.”

FUENTE: Fis.com

Acerca de Genesis Saldaña Vásquez

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