Inicio / Noticias / Harineros marginan lanchas de 40 y 50 toneladas
Harineros marginan lanchas de 40 y 50 toneladas

Harineros marginan lanchas de 40 y 50 toneladas

Es historia en el Perú, que los grupos de poder manejen la pesca peruana, tal como lo sustenta PERUPESQUERO en diversas ediciones; un diagnostico sobre su protagonismo en el sector, ha puesto en el tapete su participación en la dación de casi todas las normas promulgadas, así como la concentración de empleados con careta de asesores, que bajo un excelente guión “esenepista”, terminó privatizando un recurso que es PATRIMONIO DE LA NACIÓN, la Anchoveta y simultáneamente monopolizando la pesquería a favor de estos manipuladores. A partir de ahí, se vino un aluvión de proyectos de normas y reglamentos, todas dirigidas extrañamente a favorecerlos por angas y mangas, y, por si fuera poco contaban con una acérrima defensa de las mismas autoridades encargadas de promover y promulgar dichas leyes.

No hay duda. La Ley del embudo es una norma institucionalizada en un país donde los negociados por debajo de la mesa son el pan de cada día. Quien olvida el proyecto de Ley de Cuotas de Pesca Transferibles, que durante el gobierno de Alejandro Toledo, desde de la Comisión del Producción del Congreso, se venía cocinando a través de un estudio hecho por MACROCONSULT Consultores, tomando como ejemplo la barbarie de Chile, que con una norma similar, promulgada en ese vecino país, se monopolizó la pesca a favor de cinco empresas pesqueras, lideradas por el Grupo Angellini. Falsa copia que ha llevado a nuestra pesquería a la misma debacle.

En medio de la compra y venta de importantes pesqueras, plantas y barcos, se abrió el camino para iniciar el sistema acaparador de la pesca, que terminó con la promulgación de la Ley de marras, 1084 o Ley de Cuotas Individuales, entre gallos y media noche, entregando la Anchoveta a un seleccionado grupo pesquero, que hoy pertenece a transnacionales asiáticas, noruegas y chilenas. Ahh!!! Indignante traición a nuestro Mar.

Establecida la Ley de Cuotas, las reglas de juego en el sector dieron un vuelco de 180º, debido a que muchas de las plantas de procesamiento de harina y aceite de pescado, al no contar con flota pesquera propia y tener un ratio de conversión, de 5 toneladas de pescado por 1 de harina, fueron declaradas ineficientes y quebraron, mientras que un importante grupo de lanchas anchoveteras de gran calado de fierro y de madera (Ley 26920) independientes, pese a su prohibición vendieron sus cuotas al mejor postor y luego utilizaron ilegalmente sus cascos en la actividad artesanal y ahora la de menor escala.

Es cierto que la carrera olímpica por la Anchoveta ya acabó; sin embargo, lo que no concluyó fue la ambición por dominar la extracción industrial de la pesca, ahora entendemos el porqué aumentaron las adquisiciones de fábricas y cuotas, al punto que los grupos de poder, en su intento de ahogar a los armadores y empresarios pesqueros independientes y obligarlos a vender sus derechos y cuotas, “ordenaron” que sus plantas harineras no reciban la pesca de barcos anchoveteros de capacidades menores a 50 toneladas, o en su efecto paguen miserias por cada tonelada de pesca, declarando, que estas naves al no contar la mayoría con winche hidráulico, la maniobra de descarga se hace difícil, ya que el manguerón que pesa más de 300 Ks. no se puede colocar en la bodega, pudiendo ocasionar desfondé, por ello se utiliza la chata para lograr esta operación, además que demanda más tiempo el bombeo de agua para obtener el pescado capturado; a diferencia de una lancha de 300 toneladas, que cuenta con todos los aparejos e infraestructura requerida y el bombeo vacio es de 40 minutos, 20 antes que llegue la nave a la fábrica y 20 para la descarga.

El sustento de los grandes, es que en el norte debido a la gran presencia de lanchas de madera (vikingas), el sistema de descarga se pone como cuello de botella, pues se congestiona al momento de que las naves se acoderan, sobre todo cuando después de su descarga debe salir una de 300, para que ingrese una de 50 toneladas. Craso argumento que linda en lo ilógico; los armadores, reclaman por obtener un mejor precio por su materia prima que luego puedan vender; sin embargo, son discriminados, incluso estafados porque sus pescas no son pagadas, por ende amenaza una completa quiebra, que los llevaría a vender sus cuotas a los industriales harineros.

No hay que olvidar, que los chicos llevan winche y pueden hacer maniobras por lo tanto es falso que no puedan levantar un mangueron de 12 pulgadas y colocarlo a la bodega de su lancha, sólo utilizando el estrobo (cabo) ubicado un extremo correcto. También es cierto, que las lanchas industriales por tener un corte que termina en su quilla, el bombeo puede tomar menos tiempo, pero, también es cierto, que el volumen de agua no aumenta aún a pesar del gran número de naves pequeñas que se presenten. Empero, debemos de recordar que los industriales están obligados a tratar el agua roja, que luego van a verterse al medio marino, ya que esta dentro del sistema de tratamiento de efluentes de su PAMA, ahora, que este sea ineficiente y termine arrojando lo que comúnmente llamamos sanguaza, es otra cosa, porque obligadamente se debe de hacer uso de los sensores corimétricos que se encargan de ver el tipo de agua que se deriven, luego de generarse la carga y descarga.

En esta selva marina, donde el control sólo es una utopía, nadie escapa de la Ley de la oferta y la demanda, así como de la competencia desleal existente, más aún cuando tienes a los tiburones monitoreando este sistema y que bajo presión buscan dominar toda la pesquería peruana, para luego ceder estos recursos naturales a las grandes trasnacionales asiáticas, noruegas y chilenas, de los que no dudamos pagarán millones y millones de dólares a estos barones de la pesca, mientras que los medianos y pequeños armadores, aún a pesar de su inicial constitución informal, quiebran dejando a miles y miles de peruanos desempleados. Una diferencia abismal.

Dato importante:
Como se recuerda las lanchas de manera mal llamadas vikingas, que provienen de la Ley 26920, antes de su formalización contaban con permisos para capturar Jurel y Caballa, además podían extraer otras especies de carne blanca para el consumo humano. En la actualidad, bajo el sistema de Cuotas Individuales de Pesca, sólo pueden pescar Anchoveta, materia prima que las plantas de harina y aceite de pescado de los grandes grupos pesqueros, adquieren pagando precios menores a los que pagan a barcos de fierro de gran calado.

Acerca de Peru Pesquero

Deja un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

*

Scroll To Top