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¿Estamos ante un evento El Niño que favorecerá la pesca de Jurel y Caballa?

¿Estamos ante un evento El Niño que favorecerá la pesca de Jurel y Caballa?

Cada cierto tiempo la opinión pública es sorprendida por los anuncios sobre un inminente evento El Niño, que finalmente no llega a concretarse. Pero, su sola mención genera preocupación en varios sectores, en especial, en el pesquero, el textil y el agrícola.

En los años recientes han sido por lo menos 3 los casos: hacia octubre de 2006 se anunciaba “El Niño del milenio”, que sería más intenso que el de 1997-98 (que fue el más fuerte registrado a la fecha); sin embargo, nada significativo ocurrió, ya que la amenaza de Niño se disipó.

El segundo caso ocurrió hacia setiembre de 2009: cuando la NOAA (que es la autoridad norteamericana para el océano y la atmósfera) anunció que era muy posible que en el verano de 2010 se desarrollara un evento El Niño, en Perú ya teníamos condiciones cálidas equivalentes. Sin embargo, El Niño fue oficialmente declarado por la NOAA en el verano, y localmente se tomaron unas acciones para permitir la pesca de especies de oportunidad. Pero, otra vez, nada significativo ocurrió.

El tercer caso está ocurriendo ahora mismo, y consiste en el pronóstico hecho hace pocos meses respecto a un evento El Niño 2014. Este Niño, según algunos expertos y gurúes,  se está o estaba desarrollando con una intensidad similar a la del de 1997-98. Pero esa opinión fue minoritaria, y en los hechos El Niño se ha disipado una vez más. Empero, según los expertos,  el calentamiento del Mar podría reactivarse hacia fin de año, pero ya sin perspectivas de catástrofe.

Es conveniente destacar que desde el 2012, el Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (ENFEN), que fundamentalmente es un grupo de trabajo oficial, multidisciplinario e intersectorial, ha adoptado un Índice Costero El Niño (ICEN) que en la práctica ha demostrado ser acertado. Consiste, simplemente, en la medición de la anomalía de temperatura en la llamada “Región 1+2”, que corresponde al Mar peruano hasta la latitud de Huarmey, y entre 80 y 100 grados de longitud oeste, es decir un rectángulo de aproximadamente mil por mil kilómetros de lado. Cuando las anomalías en esta región superan 0.5°C durante 3 meses o más, entonces se declara la presencia de un evento El Niño para las costas de Perú. El valor actual del ICEN se halla por encima del umbral de 0.5°C, pero debilitándose y posiblemente no llegue a completar los 3 meses requeridos para anunciar formalmente la presencia de El Niño.

Para resumir hasta aquí: si la NOAA declara que un evento El Niño se está desarrollando, ello no significa que Perú vaya a ser impactado, ya que la agencia norteamericana basa sus pronósticos en una región diferente y distante a la nuestra (llamada “Niño 3.4”) y ubicada en el centro mismo del Océano Pacífico Ecuatorial. Es entonces ENFEN la entidad que monitorea y anuncia, al menos una vez al mes, cómo van las condiciones ambientales, también desde la perspectivas de las lluvias y vientos. Por supuesto, habrá expertos que pueden discrepar, y alguno que otro Gurú que se propone más bien poner nerviosos a los agentes económicos.

En todo caso, ¿Qué perspectivas existen respecto a la pesca de Jurel y Caballa considerando las cálidas condiciones climáticas recientes?

Desde el punto de vista de la pesca de Jurel y Caballa, el año no es malo, las condiciones cálidas ha favorecido las capturas. A junio se había pescado 40 mil toneladas de Jurel y 34 mil toneladas de Caballa. Este año, con el arribo de Ondas Kelvin que se desplazan a lo largo del Pacífico Ecuatorial, y luego a lo largo de la costa peruana, se generaron condiciones adecuadas para una mayor presencia  de Caballa y otras especies ligadas a la zona norte. También el Jurel estuvo disponible debido a que, en general, el menor afloramiento que caracteriza la propagación de Ondas Kelvin, genera además una termoclina más profunda, con mayor espacio vertical y abundante alimento (macrozooplancton) sobre el borde de la plataforma.

Sin embargo, en este momento, con la intensificación reciente de los vientos, las zonas de alimentación de Jurel y Caballa deben estar desplazadas y dispersas más al oeste, es decir, a lo largo de los bordes del afloramiento o zona de mayor productividad primaria. Y estamos en invierno, que rara vez ha sido una buena temporada para la pesca de Jurel y Caballa. Sin embargo, lo que menos se debe hacer es sentarse a esperar la llegada de la primavera.

La mayoría de las embarcaciones industriales jureleras están equipadas con sistemas modernos de detección, pero lo que falta afinar son los procedimientos para buscar zonas de pesca bajo un enfoque de equipo. Las prospecciones de hecho se hacen, y se invierte mucho en ellas, pero la prospección termina de modo absoluto cuando un barco encuentra la zona de pesca: virtualmente todos los barcos se abalanzan sobre aquella abandonando la búsqueda de zonas alternativas cuyo uso permitiría mayores volúmenes de captura.

Se sabe que este problema es reconocido por la industria, y que está desarrollando acciones en consecuencia. El objetivo es maximizar el uso de la información que los barcos son capaces de colectar y compartir entre sus analistas, para así alcanzar la eficacia que hace falta para detectar las esquivas zonas de pesca.

Finalmente, si las previsiones que arrojan los modelos oceanográficos son correctas, en el último trimestre de este año se tendrían condiciones cálidas que acercarían y concentrarían nuevamente sobre la costa las zonas de alimentación de Jurel y Caballa, lo que de hecho constituye un aspecto favorable a la pesca, tal como lo ha sido en el primer semestre de este año.

Por: Ing. Mariano Gutiérrez T.

Docente UNFV

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