Pesca artesanal en el Perú

El tema de la Pesca artesanal es de largo aliento y no prioridad del Estado. Cuando las embarcaciones pesqueras sufren accidentes o pérdidas humanas, los familiares damnificados no quedan del todo desamparados porque las tripulaciones de las embarcaciones industriales cuentan con seguros de vida, de accidentes, y el armador tiene seguro de la embarcación, que también cubre los gastos de salvataje. Lo contrario sucede con los Pescadores y embarcaciones artesanales; esta flota que es diez veces mayor que la industrial y es operada por miles de Pescadores. Estos sacrificados hombres de mar, que son el pilar para llevar el Pescado y los mariscos a nuestros hogares, son socios estratégicos de la creciente industria gastronómica, pero no cuentan con ningún tipo de beneficios. La informalidad en la pesca artesanal es casi general, los Pescadores están indocumentados. Existen muchas trabas burocráticas para formalizarlos, las construcciones de sus embarcaciones no tienen garantías de ningún ente del Estado.

Las condiciones reales de los Pescadores artesanales no son apropiadas ni sus embarcaciones muestran una real garantía para realizar el trabajo diario y prevenir cualquier eventualidad; sin embargo, esto no les va a frenar las ganas de trabajar. Las condiciones de la pesca y de la vida del Pescador deben mejorar claramente para que operen en óptimas condiciones y con la calidad que el mercado peruano necesita, ya que nos encontramos con una creciente industria gastronómica que se sostiene en la pesca. Los artesanales trabajamos ya sin esperar apoyo o respaldo. Somos tantos y se requiere un plan específico para afiliarnos a seguros y a otros beneficios que necesitamos para poder salir adelante como todo trabajador honesto. Pero no podemos detenernos porque día a día hay que preocuparse por la familia. Hay que continuar trabajando pese a que la voz del Pescador no sea escuchada. Esa lucha constante por el futuro y el de nuestras familias nos empuja al mar a realizar el único oficio que aprendimos desde niños.

FUENTE: Larepublica.pe