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FAO: Crecimiento económico y programas sociales han permitido reducción del hambre en Perú

FAO: Crecimiento económico y programas sociales han permitido reducción del hambre en Perú

Porcentaje de subalimentación en el Perú cayó a 7,5 % y el número total de personas con hambre se redujo a 2,3 millones en la última medición de la FAO para 2015, que marca el final del periodo de seguimiento para los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y la Cumbre Mundial de la Alimentación.

El Perú ha dado un enorme paso hacia la erradicación total del hambre al reducir a menos de la mitad tanto su porcentaje de personas subalimentadas (meta 1C de los ODM) como el número total de personas que pasan hambre (meta de la Cumbre Mundial de la Alimentación), señala el informe El Panorama de la Inseguridad Alimentaria en América Latina y el Caribe, publicado por la FAO. El porcentaje de subalimentación en el Perú cayó de 31,6% en 1990-1992 a 7,5 % en 2014-2016, y el número total de personas con hambre se redujo de 7 millones a 2,3 millones en la última medición de la FAO.

Raúl Benítez, Representante Regional de la FAO, destacó que gracias al crecimiento económico, un mayor gasto público en materia social y políticas públicas focalizadas en los más vulnerables, América Latina y el Caribe hoy representa una porción menor del hambre global. En el caso del Perú, según el Informe de la FAO, el crecimiento económico del país ha permitido que desde el año 2000 el gasto social se haya incrementado y se haya podido expandir la cobertura de los programas sociales –como Juntos o Cuna Más- para avanzar en la reducción de la subalimentación y la pobreza.

También en malnutrición por déficit se han conseguido resultados importantes como país, aunque todavía los porcentajes se mantienen altos en el contexto regional: la desnutrición crónica en niños y niñas menores de 5 años pasó de 37,3% en el año 1992 a 18,4% en el año 2012. En este contexto, la FAO destaca la creación, en 2013, de la Estrategia Nacional de Desarrollo e Inclusión Social “Incluir para Crecer” que busca consolidar los buenos resultados en materia de malnutrición a partir de la coordinación intersectorial e intergubernamental de las iniciativas sociales.

“Junto con la implementación de programas sociales, Perú ha puesto en marcha una institucionalidad que permite coordinar y priorizar las acciones en materia de seguridad alimentaria y nutricional, mediante la creación de la Comisión Multisectorial de Seguridad Alimentaria como entidad encargada de coordinar, evaluar y priorizar las políticas y medidas sectoriales orientadas a garantizar la seguridad alimentaria y nutricional de la población”, concluye el Informe.

América Latina y el Caribe sube la apuesta: no sólo disminuir sino erradicar el hambre

América Latina y el Caribe fue la primera región del mundo en alcanzar las dos metas internacionales de reducción del hambre. Según el informe de la FAO, en 1990-92, América Latina y el Caribe comenzó el desafío de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) con un 14,7% de su población afectada por el hambre: para 2014-16 esta prevalencia ha caído a 5,5%, con lo que la región cumplió la meta del hambre de los ODM.

La región cumplió asimismo con la meta de la Cumbre Mundial de la Alimentación (CMA), al haber reducido el número total de personas subalimentadas a 34,3 millones.

La región ha sido pionera en proponer no sólo la disminución sino la erradicación total del hambre a través de la Iniciativa América Latina y el Caribe sin Hambre, que fue refrendada por todos los países de la región a partir del año 2005.

La culminación de este proceso de compromiso político durante las últimas dos décadas fue la adopción por parte de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC -el principal órgano de integración regional– del Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre, en enero de 2015.

Este plan busca potenciar todas las acciones regionales y ha fijado el año 2025 como el límite para acabar con el hambre. “El Plan CELAC representa un compromiso único en su tipo y puede ser uno de los factores que determinen que la actual generación sea la última en convivir con el hambre,” explicó Benítez.

 

Por: Loretta.Favarato@fao.org

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