PERU PESQUERO con agallas para denunciar…
Diversas instituciones y agencias científicas dedicadas al estudio de los océanos y a las anomalías de las temperaturas climatológicas, han venido desde el 2014, lanzando pronósticos sobre la magnitud del evento de El Niño. Algunos equivocados y otros, muy pocos han acertado, entre ellos el Dr. Luis Icochea Salas cuyos pronósticos que al igual que en El Niño del 1997, tuvieron buenos resultados.
Las últimas lluvias torrenciales, inundaciones, desbordes de ríos, alteraciones climáticas y los numerosos oleajes fuertes en zonas costeras del litoral, no solo agudizaron el aislamiento de los pueblos, interrumpiéndose los caminos y produciéndose escasez de víveres, la agricultura se vio perjudicada debido a las temperaturas inusualmente altas del aire y huaicos, además, que muchos muelles y desembarcaderos pesqueros del país, quedaron en un estado casi calamitoso.
Si bien es cierto, el actual evento El Niño se ha iniciado en lo que llamamos un periodo decadal frio (oscilación decadal del pacifico cuando la temperatura está más fría de lo normal), los hechos mencionados líneas arriba podrían tener similitud a los veranos de 1925 y 26, que fueron muy lluviosos, especialmente en la costa norte del Perú en 1925. Según el científico Robert Cushman Murphy en aquella época, las lluvias se extendieron desde Tumbes hasta Pisco. En Tumbes llovió 1524 mm., mientras en la Cuenca baja del rio Chancay-Lambayeque llovió 1000 mm., el rio Rímac alcanzo los 600 m3 /s., la temperatura del Mar aumento (frente al Callao + 10ºC) y del ambiente. Plagas epidemias y enfermedades. Grandes daños económicos se registraron, por lo que llegaron a sostener que fue el primer meganiño del siglo XX.
Este Niño 2014-16 y el de 1925, se han presentado al final de periodos de décadas frías, esto a pesar que los eventos cálidos supuestamente no son tan intensos. Lo sucedido en 1925 al igual que en este verano hasta fines de febrero, las Aguas desde altamar y no del Ecuador frente a Paita y al sur de este puerto se aproximaron a la costa. En la época del meganiño, las torrenciales lluvias empezaron una o dos semanas antes que el presente año 2016 y cerca de un mes después se trasladaron a Trujillo y más al sur, prolongándose hasta junio, aunque más débiles coincidiendo con el retiro de las aguas con muy altas temperaturas de la costa central.
No podemos descartar que lo mismo pueda ocurrir en este momento, teniendo en cuenta que en marzo normalmente ocurren ligeras lluvias (Trujillo) que no llegan al acumulado de 10 mms; sin embargo, en 1925 llovió intensamente. Ese año, en Tumbes y Piura llovió 10 o más veces que lo normal, mientras que en La Libertad entre el 7 y 9 de marzo de 1925, llovió en forma continua 226 mm; esto es, 226 litros por metro cuadrado, siendo el acumulado de marzo 394.4 mms..
De otro lado, el Comité Multisectorial Encargado del Estudio Nacional del Fenómeno de El Niño, ENFEN, que en reiteradas oportunidades tercamente sostenía que este evento sería de magnitud moderada; ahora pone el parche antes que reviente el chupo, manifestando que debido a la persistencia del calentamiento frente a la costa central y norte, el efecto combinado de la onda Kelvin cálida y la circulación atmosférica, aumentaría el riesgo de ocurrencia de lluvias muy fuertes e inclusive extremas en la costa norte y centro: Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, Ancash, Lima e Ica.
Tal como lo lee amigo lector, hasta hoy recordamos al Presidente del ENFEN, Vicealmirante German Vásquez Solís que muy suelto de huesos, “bien peinadito” se paseaba por canales de TV, asegurando a los cuatro vientos, que las lluvias no tenían nada ver con El Niño, ahora el bumerán golpea su ignorancia y no le queda otra que asumir que se equivocó y a pesar que su institución dice públicamente que habrá lluvias extremas; el enfriamiento temporal en el norte, podría generar que no llueva en esta semana en la costa centro.
Finalmente, nos preguntamos que será del “dúo dinámico” que asesora al Ministro de la Producción en lo relacionado al sector pesquero, mismos que se encargaron de negar al evento El Niño, cuando recién se iniciaba en la costa del Perú en el 2014, para luego irresponsablemente redactar la “acta de defunción”, sin un mayor estudio científico cuando El Niño empezaba a fortalecerse.
Cabe nuevamente preguntar, ¿Los peruanos estamos preparados para soportar un Niño de magnitud parecida al de 1925 y 26?.
