El Centenario del Atún

Perú tuvo una intensa participación en la actividad atunera y el Estado Peruano lo sabía. Data el primer antecedente en el año de 1920, fecha en que se planteó un sindicato peruano-norteamericano para establecer una fábrica de conservas en el puerto sureño de Ilo. En 1934 se estableció la primera fábrica de conservas y a fínales de los años 30 ya había en el Perú 4 empresas conserveras.

Entre los años 1940 y 1950 Perú pasó a establecer una política comercial liberal. En el primer gobierno de Prado en 1941, se agravó con un impuesto la exportación de Atún, Bonito y Skip Jack congelados.

En ese escenario teníamos  que el Atún congelado pagaba una tasa de 10% sobre la diferencia entre el costo de puerto peruano fijado en 50 dólares y el precio en EEUU. (Costa Pacifico), menos el importe del flete y seguro.

Para el Bonito y Skip Jack se pagaba una tasa 10% sobre la diferencia entre el costo en puerto peruano en 40 dólares y el precio en EEUU (Costa Pacifico), menos el importe promedio del flete y seguro, igual aplicaba para el Hígado de pescado 10 dólares por tonelada métrica.

El Bonito (scombrido), familia del Atún era uno de los recursos que más se exportaba al exterior, siendo Inglaterra uno de los principales mercados.

También aparece por el año 1944, la empresa norteamericana Wilbur-Ellis de San Francisco que se dedicaba al área de aceite y harina de pescado. Entre las peruanas destacó La Industrial Pesquera S.A. fundada en el Callao, planta que se dedicaba a la producción de pescado en latas; su capacidad instalada alcanzaba recepcionar   6000 T.M; durante los años 1945-1949.

Junto con la empresa Wilbur Ellis aparece Van Camp Sea Food Co., ambas dominaban el mercado mundial. Un año después llegaron a funcionar 23 fábricas de Atún.

En 1943 se creó el Ministerio de Agricultura, institución que tomaría a su cargo las actividades pesqueras.

La década del 50 y 60 fueron bastante promotoras y nada rígidas, sino al contrario porque se alentaba a los armadores atuneros extranjeros principalmente de los Estados Unidos quienes venían a pescar en nuestras aguas. Sus capturas eran almacenadas, procesadas y posteriormente exportadas al país del norte una parte y otra era consumida en el país.

En el año 1971 el gobierno militar expropió las fábricas atuneras de capitales nórdicos y algunas embarcaciones de bandera extranjera, aunque la mayoría de las naves  lograron huir a Manta (Ecuador). El presidente Velasco del gobierno militar quiso desarrollar la actividad atunera con medidas populistas, dentro de esas destacó la construcción en astilleros PICSA (ahora SIMA-CHIMBOTE). En el complejo se construyó 24 atuneros cerqueros de acero, 3 complejos frigoríficos atuneros en Paita (actual complejo Frigorífico Estación Naval de Paita), Samanco (actual empresa Casamar, SAC.) y el tercero en Pisco (actual FONDEPES).

El régimen militar estaba convencido que Perú podría ser potencia atunera sin depender de barcos extranjeros pero sucedió que el gobierno velazquista fracasó conjuntamente con la flota atunera de 24 embarcaciones construidas en el astillero PICSA Chimbote naves vendidas a Ecuador, Cuba, Francia y Venezuela como chatarra y los complejos frigoríficos que aún subsisten se dedican a enfriar otro tipo de recursos marinos proveniente de la pesca artesanal principalmente.

El régimen militar quiso convertir al Perú en la primera potencia atunera mundial, sin embargo por falta de conocimiento y errores políticos del régimen terminaron alejando al Perú del circuito atunero internacional. Desde 1971 hasta 1979 estuvimos plenamente alejados o aislados de la actividad atunera internacional.

En 1980 con el retorno de la democracia, vuelven las embarcaciones extranjeras llegándose a permisar a 144 embarcaciones atuneras.

Posteriormente en 1994 se aprueban los planes de ordenamiento pesquero mediante resoluciones ministeriales. Es así que ese mismo año se aprueba el “Plan de Ordenamiento Pesquero del Atún, Especies Afines y Asociadas”, fijándose una tasa para el pago del permiso de pesca en 500 dólares americanos por Arqueo Neto, pero ningún barco cerquero mostró interés en venir a pescar al Perú.

Posteriormente aparece la R.M. 550-97-PE que fija una tasa para el pago del permiso de pesca en US$ 150.00 por Arqueo Neto. Asimismo deja de manifiesto en sus considerandos, lo siguiente: “Que habiéndose evaluado la aplicación del Plan de Ordenamiento Pesquero del Atún, Especies Afines y Asociadas aprobado mediante R.M. 110-94-PE, la experiencia ha demostrado que para alcanzar los objetivos planteados es necesario contar con una norma legal más dinámica”. Luego se reduce la tasa 75 x Arqueo Neto pero tampoco logró atraer embarcaciones atuneras extranjeras.

Cuatro años después nuestro país refuerza su atención en impulsar esta importante pesquería y  así como arribamos al año 2003. En esa fecha se dan dos acontecimientos importantes, nuestro país se adhiere a la CIAT “Comisión Interamericana de Atún Tropical”, organización creada en 1950 por los gobiernos de EEUU y Costa Rica y que hoy en día cuenta con 21 países miembros plenos, siendo el Perú uno de ellos.

El segundo suceso es la promulgación del ROP del Atún –Reglamento de Ordenamiento Pesquero del Atún- fijándose una  tasa por derecho de pesca en 50.00  dólares americanos por Arqueo Neto vigente desde el 2003 hasta el año 2013.

En el año 2016 la administración del ex presidente Humala, atentando contra el principio de predictibilidad que señala nuestra Ley 27444, promulga el D.S. 002-2016-PRODUCE que aprobó el cálculo de la tasa en función del precio del atún en Bangkok, pasando a calificarse este dispositivo legal como uno de los más nefastos y perjudiciales para el desarrollo de la extracción logrando ahuyentar la flota extranjera invitada (flota CIAT) reduciéndose a un promedio anual de 30 embarcaciones atuneras extranjeras.

En el 2016 el ex Presidente Pedro Pablo Kuczynski corrige el D.S. 002-2016-PRODUCE y fija la tasa en 100.00 dólares americanos por Arqueo neto,  impuesto que no logró atraer flota, pero  el propio Kuczynski rectificó a tiempo y  modifica la tasa actual fijándola en  65; logrando atraer 75 barcos atuneros CIAT solo en el año 2017.

Situación Actual:

La CIAT le asignó al Perú 14,043 m3 de cuota;  8,000 m3 ya asignó el Ministerio a 16 barcos peruanos de menor a mediana capacidad de bodega. De esas 16 embarcaciones, solo 4 pescan atún de manera efectiva cuando nuestras aguas se tropicalizan.  Las otras 12 pescan mayormente anchoveta, jurel y caballa.

Esto es el Perú atunero de hoy, una pequeña flota que no está capacitada para abastecer plenamente a la industria peruana, menos a la población peruana.

ATÚN: PESCA CON VISIÓN

Perú debe tener como meta en el corto plazo convertirse en una potencia atunera, pero frente a discrepancias por intereses empresariales se debe exigir que el atún capturado en aguas nacionales realizado por embarcaciones pesqueras de bandera extranjera con permiso de pesca peruano sean considerados como captura nacional, aunque para muchos esto colisiona con los derechos que emanan del permiso de pesca del pabellón de la embarcación. Obviamente esto ha generado el reclamo por parte de nuestro principal socio en la CIAT, Ecuador que a través de su ministro de Agricultura y Pesca expresa su preocupación y disconformidad con la legislación que atenta contra los derechos inherentes al permiso de pesca de bandera en aguas internacionales.

Asimismo se debe exigir el cumplimiento de la entrega del 30% de la captura y descarga por las embarcaciones de bandera extranjera. Para muchos atuneros este mandato vulnera el derecho internacional; no obstante hasta el momento no se demuestra lo contrario; y el Estado Peruano ha cedido en desmedro de la rigurosidad y cumplimiento de la norma que garantizaría el abastecimiento continuo a nuestras plantas de Consumo Humano Directo. Sin embargo, muchos consideran que la exigencia constituye un abuso y aleja la flota CIAT; pero el Estado Peruano no solo deben atraer barcos para cobrar una tasa sino impulsar y dar valor a la actividad atunera de Consumo Humano Directo.

Finalmente es menester no solo abrir las puertas e impulsar la actividad extractiva y descarga del atún sino debemos impulsar el desarrollo de la actividad en toda la cadena de valor; recaudación por tasas, generamos empleos en toda la cadena de valor de la Industria de CHD, generamos divisas exportando, etc.

El actual gobierno del Presidente Martin Vizcarra, ha promulgado la Ley 30788 que declara de interés nacional el incentivo al desarrollo de la industria, la norma es clara,  no solo somos un país extractivo sino  transformativo que empodera y genera valor social.

Nos atreveríamos, incluso, a proponer en disminuir la tasa para atraer más flota, pero, nunca renunciar y sí, exigir que ese 30% se descargue, procese y transforme en territorio peruano. Solo así este centenario de la actividad atunera en Perú significará el reflotar y sostenimiento de toda la cadena de CHD. Estaremos vigilantes.

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